Hoy, mientras realizaba mis labores tecnológicas, ví en mi escritorio mi desodorante. Sin nada más que hacer, lo tomé y ví el reverso; ahí donde hay muchas letras. Y ví algo que me llama mucho la atención en todos los productos: Atención al consumidor, marque "x".
Por mera curiosidad y satisfacción, decidí marcar y, para mi desgracia, tristeza y pesar, nadie contestó. Esto sólo aumentó mis ansias y probé suerte con la mayor empresa refresquera del mundo: Coca Cola. Me contestó una linda grabadora que sólo logró que me desesperara y terminara la llamada.
En mi perenne filosofar, dí rienda a suelta a mi pensamiento sobre la ineficacia de las empresas para atender al curioso cliente. Pero no sólo centré mi inútil esfuerzo intelectual en esos asuntos, si no me dí cuenta de otra cosa mucho más importante.
¿Cuánta gente hablará a Coca Cola? Yo creo que una cantidad considerable. La falta de atención al cliente se debe, principalmente, al acoso constante de seres humanos que, algunos como yo, no tienen nada que hacer y deciden platicar con un desconocido/a por teléfono simple y llanamente para romperle los huevos al interlocutor.
Querido compañero, ¿qué le hace pensar que la mayor empresa del mundo sí va a leer el buzón de quejas y sugerencias? Además, a pesar de ser la empresa con mayor número de clientes que cada fin de semana pagan su reglamentaria cuota para pertenecer al "club", no tiene métodos tan efectivos como el e-mail o el celular; sólo tiene un pinche buzón donde uno deposita su queja, sugerencia y petición.
Si Coca-Cola no lo hace, le pido, de la manera más atenta, que deje de rezar. ¿Ud. cree, sinceramente, que Dios revisa el buzón de quejas y sugerencias? Por supuesto que no, son muchas; demasiadas. Ni todo el santoral puesto al servicio de la atención al cliente podría servir para cumpliar tanta petición.
Busque la solución a sus problemas en otro lado, dios no lo va a hacer, está ocupado. Hace cosas interesantes, él no necesita comer, por lo que seguramente no comprenda a cabalidad la importancia de la estufa que ud. llevó al Monte de Piedad. Dios es el motor inmóvil, podría asegurar que no conoce las bondades de su automóvil último modelo que compró a 568 mensualidades, a pesar de que no tiene dinero para comer bien durante todo el mes.
Busque soluciones prácticas, como, por ejemplo, estudiar y trabajar. Esas quejas, sugerencias y peticiones nunca las lee Dios. ¡Viva México siempre fiel!
Por mera curiosidad y satisfacción, decidí marcar y, para mi desgracia, tristeza y pesar, nadie contestó. Esto sólo aumentó mis ansias y probé suerte con la mayor empresa refresquera del mundo: Coca Cola. Me contestó una linda grabadora que sólo logró que me desesperara y terminara la llamada.
En mi perenne filosofar, dí rienda a suelta a mi pensamiento sobre la ineficacia de las empresas para atender al curioso cliente. Pero no sólo centré mi inútil esfuerzo intelectual en esos asuntos, si no me dí cuenta de otra cosa mucho más importante.
¿Cuánta gente hablará a Coca Cola? Yo creo que una cantidad considerable. La falta de atención al cliente se debe, principalmente, al acoso constante de seres humanos que, algunos como yo, no tienen nada que hacer y deciden platicar con un desconocido/a por teléfono simple y llanamente para romperle los huevos al interlocutor.
Querido compañero, ¿qué le hace pensar que la mayor empresa del mundo sí va a leer el buzón de quejas y sugerencias? Además, a pesar de ser la empresa con mayor número de clientes que cada fin de semana pagan su reglamentaria cuota para pertenecer al "club", no tiene métodos tan efectivos como el e-mail o el celular; sólo tiene un pinche buzón donde uno deposita su queja, sugerencia y petición.
Si Coca-Cola no lo hace, le pido, de la manera más atenta, que deje de rezar. ¿Ud. cree, sinceramente, que Dios revisa el buzón de quejas y sugerencias? Por supuesto que no, son muchas; demasiadas. Ni todo el santoral puesto al servicio de la atención al cliente podría servir para cumpliar tanta petición.
Busque la solución a sus problemas en otro lado, dios no lo va a hacer, está ocupado. Hace cosas interesantes, él no necesita comer, por lo que seguramente no comprenda a cabalidad la importancia de la estufa que ud. llevó al Monte de Piedad. Dios es el motor inmóvil, podría asegurar que no conoce las bondades de su automóvil último modelo que compró a 568 mensualidades, a pesar de que no tiene dinero para comer bien durante todo el mes.
Busque soluciones prácticas, como, por ejemplo, estudiar y trabajar. Esas quejas, sugerencias y peticiones nunca las lee Dios. ¡Viva México siempre fiel!
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Los Odio
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4 Responses
Nelson manuela, dicen que si rezas mucho es como comprar muchos boletos de una misma rifa, aumentan las posibilidades de ganar.
¿Entonces Dios no escucha los rezos y peticiones que le hago cada noche antes de dormir?
Yo por eso no pongo quejas y sugerencias; si me hacen emputar voy y les rompo un vidrio en sus negocios con un piedrazo o les hago mala publicidá en internets, soy tan malvado, jebús.
No te hagas, no podrás ocultar por mucho tiempo que perteneces a círculos de oración cristianos evangélicos.